Me interesa transportar.
Seducir. Suavizar.
Derretir. Relajar. Abrir.
Descubrir. Recordar.
Una emoción. Una memoria.
Un espontáneo respiro de esa verdad esencial que se siente dentro dentro.
Respiro. Respírame.
He estado sanando, aprendiendo, perdonando, entendiendo, de verdad ‘siendo’. Tratando de digerir cómo es que la vida se acelera a tal velocidad, que en tan un solo mes, siento que he vivido mil vidas.
Durante La Mar, nos iniciamos en el arte de ser Mujer. Aprendimos la una de la otra sobre como habitar nuestro cuerpo como el más sagrado templo. Este retiro cambió mi vida, y el de 28 mujeres que se abrieron a su propio florecer. El tema que resaltó más fue la sutileza. El percibir lo invisible a través de los sentidos y la intuición, el dejar que la piel sea aun más porosa y que la memoria se acuerde de la luz a pesar de la sombra del pasado. Gracias al atardecer, al padre sol y la madre mar, nuestro corazón se suavizó y se pinto de color durazno rosita. Y en cada respiración, una ola de mar revienta con fuerza, limpiando la duda y la auto-crítica.
Y entonces qué sigue después de tanta apertura? Mi trabajo ahora es seguir en el proceso de integración de disciplinas. Seguiré viajando para llevar mi trabajo a diferentes culturas, y en el proceso de solidificarme, también aprender a vaciarme y renacer. Persigo mi curiosidad sobre el cuerpo, la consciencia a través de movimiento, la ciudad a través del sonido. Me voy a Berlin a ser estudiante de nuevo. A aprender de profesores de todo el mundo sobre el arte de la presencia colectiva, performance art como practica filosófica y socio-política. El cuerpo como canvas para transmitir nuevo conocimiento. Estaré en Europa donde se vive un cambio de paradigma político, conviviendo con artistas de todo el mundo para explorar la relevancia de nuestro arte en este momento de transición.
El proceso de creación es aun más enigmático cuando se colabora con otros seres, cada uno con su distinta flama, con su voz que revive historias de generaciones milenarios, con manos que hablan lenguajes extintos. La sabiduría de la humanidad se puede percibir el más sutil gesto entre un abrazo y una caricia. Y encuentro en sus nombres, el mero misterio de vivir, morir y renacer.
Los temas de mi investigación son la presencia colectiva: habitar el estado liminal sublime.
Y ha comenzado ya la sutileza. Se ha abierto de mi plexo solar una sensibilidad que nunca había sentido, como si todas las frecuencias de mi gente cercana hubieran aumentado mil decibeles. Siento todo tanto. Incluso la contención de mi energía sexual se me sigue desbordando por los ojos.
Así que me toca seguir conociéndome y mantener un dialogo directo con mi alma. Mantengo mi centro escuchando a la frágil voz del corazón que me dicta suavecito las ideas y visiones donde me toca dirigir mis velas. Y bailo, para dejar que el cuerpo me hable intuitivamente.